VACACIONES DE INVIERNO: ¿INVITEMOS A LAS FORTALEZAS?




Seamos francos;  las vacaciones de invierno pueden ser maravillosas, o pueden ser desastrosas.  Los beneficios de estar de vacaciones para los niños - dormir hasta tarde, dejar la rutina, viajes familiares, tiempo libre en abundancia – pueden también desequilibrar a una familia y llevar a tensión y aburrimiento.

Por lo mismo, tomarse unas vacaciones familiares conectadas con las fortalezas puede ser una manera entretenida de abrazar lo positivo y evitar “el lado B” de las vacaciones de invierno.  La abundancia de tiempo y energía de nuestros niños en estos días nos puede regalar una oportunidad única de ayudarles a explorar y desarrollar sus fortalezas.  Dado que nuestras fortalezas nos energizan y auto motivan, nos pueden alejar del aburrimiento y de la rutina, a colaborar en usar el tiempo en maneras constructivas para el bienestar y armonía familiar.

Disfrutar de unas vacaciones familiares conectadas con nuestras fortalezas requiere, en primera instancia, conocer nuestras fortalezas.  Podemos comenzar las vacaciones redescubriendo e investigando sobre ellas a través de herramientas y bibliotecas gratuitas como el VIA character (www.viacharacter.org  - disponible en varios idiomas) o www.strengthsswitch.com (solo en inglés).  Una vez que estamos más familiarizados con ellas podemos sentarnos como familia y planificar variedad de actividades que amplifican y construyan sobre ellas.  Por ejemplo, niños con fortalezas analíticas y de resolución de problemas quizás disfrutarán de tardes de resolver puzles o juegos de mesa, mientras otros de fortalezas más artísticas se animarían en visitas a museos y/o actividades artísticas y creativas en el hogar, por lo que quizás será necesario una visita a la librería para abastecernos de materiales para realizar proyectos artísticos en el hogar.  Si las fortalezas van más por un camino social-relacional, entonces asegurémonos que nuestros hijos compartan con sus amigos o quizás puedan unirse a algún proyecto comunitario que conecte con sus necesidades sociales.

Las vacaciones también son un buen momento para refrescar algunas metas, o aquellos proyectos de más largo plazo que puedan conectar tanto con las fortalezas de cada hijo, como con una sensación de logro y crecimiento.  Quizá tenga que ver con la salud física, o aprender a cocinar “ese” queque con la mamá, o armar y pintar una maqueta de avión, o dar vuelta el dormitorio.  Si sentimos que nuestros hijos llevan mucho tiempo en la PS4, viendo tele o comiendo, los podemos invitar a reconectar con su proyecto-meta propia.  De la misma manera, podemos potenciar la observación de fortalezas en la familia y en otros, o fijar un objetivo de fortaleza familiar a nutrir entre todos, estableciendo mini-metas en el camino para celebrar los logros obtenidos.


RESOLVIENDO CONFLICTOS Y CONDUCTAS PROBLEMÁTICAS

Las vacaciones traen conflictos.  Esto es innegable.

Es imposible pasar tanto tiempo juntos y no discutir ocasionalmente.  Como padres, esto nos da la oportunidad de aprender un nuevo enfoque para la resolución de conflictos: la mirada basada en fortalezas.

Aunque parezca contra-intuitivo, en primer lugar les invito a mirar el conflicto o conducta desde la perspectiva de las fortalezas.  El mal comportamiento de nuestros hijos podría deberse a un sub-uso o sobreutilización de alguna de sus fortalezas, más que una maldad deliberada o una intención consciente de fastidiar.  Por ejemplo, el pequeño que insistentemente irrumpe en las actividades de sus hermanos, puede estar sobre-utilizando su fortaleza de curiosidad.  La curiosidad es una cualidad admirable, pero puede ser contraproducente si la sobreexplotamos, por lo que podría ser un buen momento para enseñar a nuestros hijos como direccionar de mejor manera su curiosidad, y así facilitar la conexión con otros.  Por otro lado, un niño que tenga liderazgo natural, sin duda una fortaleza a destacar en diversos contextos, podría llegar a parecer en exceso mandón durante las vacaciones.  En vez de criticar esta actitud, podríamos educarle respecto al valor de esta fortaleza, y mostrarle cuando y donde este liderazgo natural le puede ser útil.  Enseñar a nuestros hijos como hacer una sintonía fina (en una lógica de subir o bajar el volumen) en sus fortalezas, es un bello regalo que les podemos entregar y las vacaciones, una excelente oportunidad para hacerlo.

En segundo lugar, cuando hay discusiones o comportamientos problemáticos, preguntarnos como padres “¿Qué comportamiento me gustaría ver en lugar de este?  Focalizarnos en el opuesto positivo que nos gustaría ver, y apelar a esta visión.  Esto puede cambiar radicalmente una reacción de “¡Dejen de pelear, caramba!” a uno de “¿Qué tal si unimos fuerzas aquí? o “A ver si somos más amables el uno con el otro”.

Tercero, utilizar nuestras propias fortalezas para re direccionar el comportamiento y reducir las tensiones.  Fortalezas como el sentido del humor, la perspectiva, igualdad y justicia pueden ser muy útiles en el calor del momento para restar negatividad a una situación y resetear la armonía familiar.

A continuación les comparto algunos tips para “cambiar el switch” hacia las fortalezas en algún momento de ofuscación o discusión acalorada: 
  • Haga una pausa y reconoce tus emociones antes de actuar.

  • Considera el momento como una oportunidad para el aprendizaje.

  • Piensa en el “opuesto positivo” que quieres.  De esta manera no estás focalizado en lo que no quieres que ocurre, sino estás mostrando una alternativa y un camino positivo para ello.

  • Busca una fortaleza en tu hijo que se podría utilizar para resolver la situación.

  • Modela y enseña sobre la importancia del perdón en una familia.

 En resumen, las vacaciones de invierno pueden transformarse en momentos de ansiedad o tensión, pero también pueden ser una buena oportunidad para desarrollar la autoconfianza de nuestros hijos y estrechar lazos familiares desde la mirada de las fortalezas de carácter.  

¡Les deseo a todos que disfruten sus vacaciones en plenitud y que brillen las fortalezas!

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