Amabilidad versus consumo,o cómo enseñar lo que realmente importa a nuestros niños en medio de la locura Navideña.






  
 “En un mundo donde puedes ser cualquier cosa, se amable.”  Anon.


Para mucho de nosotros que tenemos hijos, estas fechas son sinónimo de stress, de correr para todos lados entre fiestas de la empresa, graduaciones, cierres de año escolar y contables, premiaciones, etc.  Entre medio de todo eso aparece el temido “tengo que comprar los regalos” y su respectivo grito de “AUUUGGHHHH”.  No estamos exentos de vernos atrapados en la fiebre de Navidad, pero creo que debemos mantener el foco sobre lo que es realmente importante en estas fechas.  Siempre que tengamos la posibilidad, debemos enseñar a nuestros niños que la Navidad se trata de bondad, afecto y amabilidad más que solo el consumo.  Como dice la experta en Psicología Positiva y fortalezas, Dra. Lea Waters “Demostrarles que su valor está en lo que son, y no en lo que tienen.”

Con un cambio en nuestro enfoque, podemos utilizar estas fechas para enseñar lecciones de vida importantes.  Durante siglos, todas las religiones, corrientes filosóficas y cada modo de vivir humano han tenido sus ritmos y sus rituales, y la Navidad es una de ellas.  Hay una razón por estos rituales, y quizás la más importante es que permite a las personas desacelerar, recargar y reconectar.  En un mundo correcaminos como el nuestro, hiperconectado y sobre-adrenalizado, bajar las revoluciones y reconectar con la familia y los amigos no solo es agradable sino es fundamental para nuestra salud y bienestar.  El efecto compresor de vivir demasiado rápido tiene serios costos en las familias, y especialmente en los niños y adolescentes, quienes reportan niveles preocupantes de enfermedades mentales.  Solo en Chile más de un millón de personas sufre de depresión y más de 750.000 de trastornos de ansiedad.  Entre estos números, 55% de los adolescentes chilenos tiene problemas de salud mental, así como Chile es no.1 en tasa de suicidio adolescente.  Ante estos números escalofriantes, propongo un remedio sencillo.  Bajar las revoluciones y volver a conectar con los nuestros.  Dicho de otra manera, en estas fechas, que no se trate de cuanto gastamos o que tan perfecto se vea la mesa de Navidad, sino con conectar con las personas que amamos y pensar sobre cómo ser bondadosos con aquellos que son menos privilegiados que nosotros.

¿Y cómo hacemos esto, especialmente con los niños y adolescentes cínicos de hoy?  Ser buen padre tiene que ver con modelar conductas positivas, y claro si pregonamos “La navidad es mucho más que regalos”, pero si ellos solo ven regalos, ¿Que más pueden pensar?

1. modelemos la generosidad

La navidad es una perfecta oportunidad para modelar generosidad.  Por ejemplo donando presencialmente como familia a una organización de beneficencia, o donando regalos indirectamente a través de alguna campaña o colecta, ya sea en el colegio, la empresa u otros.  Esto es una manera particularmente impactante para que los niños se pongan en los zapatos de otros niños que no necesariamente tiene los mismos regalos, no solo en términos de cosas, sino en términos de los regalos que damos por sentados como la familia, seguridad y amor.

2. AGRADECER

Practicar la gratitud en estas fechas es especialmente importante, para balancear el foco del “acumular cosas.”  Si los niños están escribiendo la lista de regalos, ¿porque no sentarse como familia y hacer la lita de los regalos que ya tienen, tales como educación, familia, seguridad, hermanos, amigos, etc.?  Hay muchos estudios sobre la gratitud que consistentemente demuestran que las personas que expresan gratitud son más saludables y más felices.  Tomar un minuto para reflexionar sobre lo que ya tenemos, versus lo que deseamos, puede ser muy beneficioso.


3. LISTAR LAS FORTALEZAS DE LA FAMILIA

Enfocarnos en las fortalezas individuales de cada miembro de la familia puede ser una manera muy positiva de celebrar lo que cada uno trae a la vida familiar.  Esto puede ser muy fructífero en todo la planificación y organización de las festividades, desde un hijo creativo que puede crear tarjetas navideñas, como otros que son especialmente organizados que pueden administrar las  tareas de la cena, etc.  Incluir a todos desde el reconocimiento de las fortalezas es otra manera de modelar las conductas positivamente, así como celebrar lo que cada uno tiene para ofrecer.

4. BAJAR LA VELOCIDAD

Deberíamos estar todos bajando las revoluciones en estas fechas, pero paradójicamente muchas veces nos encontramos acelerando.  Claramente, reducir la velocidad y calmarnos es más fácil decirlo que hacerlo, pero si nos enfocamos en saborear el momento (Lyubomirsky, 20005), más que obsesionarnos o preocuparnos en exceso por las navidades, será beneficioso para todos nosotros.  De alguna manera se trata de soltar la perfección y la obligación que implica estas fechas y darnos permiso para ser humanos.  El árbol no tiene que ser perfecto, la cena no tiene que ser tan elaborada, ni son necesarios tantos regalos, sino demostrar que estas fechas nos dan permiso para ralentizar, saborear los momentos compartidos y tomarnos un tiempo de descanso merecido.

5. FIJARSE OBJETIVOS EMOCIONALES

Otra manera de dar un vuelco a estas fechas, puede ser pensar en cómo queremos que nuestros hijos se sientan el día después de navidad.  Tener una meta emocional como estar en paz, calmados, conectados o agradecidos puede ser una manera muy buena para enfrentar estas fechas.  Asimismo, mantener este tipo de meta presente puede ayudar a tomar decisiones importantes para nuestro salud mental, como si realmente es necesario ir donde los parientes con los cuales no hablamos mucho, o buscar ese regalo perfecto, entre otros.  Poner nuestra energía en aquello que queremos que la familia sienta puede ser una ayuda en la toma de decisiones inteligentes en medio de la locura navideña.


 ¿Pongamos otro foco en estas navidades?



Referencias:

ONG Mente Sana, (2018) - ¿Es Chile una sociedad enferma?

Lyubomirsky, Sonia, (2005) – The How of Happiness

Waters, Lea (2018) – The Strengths Switch – the science of strengths-based parenting.

Algoe, Sara B., Gable, Shelly L., Maisel, Natalya C. (2010) – “It's the little things: Everyday gratitude as a booster shot for romantic relationships”

Glenn R. Fox, Jonas Kaplan, Hannah Damasio, and Antonio Damasio (2015)– “Neural correlates of gratitude


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